La presidenta de la institución visita la firma de embalaje de Alar del Rey, que ha invertido veinticinco millones de euros en la última década
La empresa palentina empezó el pasado año a producir equipos de protección individual para atender las necesidades de la pandemia
Ángeles Armisén elogia «la suma de valentía y vocación empresarial» que viene mostrando en los últimos años esta empresa de origen familiar
Con una facturación anual de dieciséis millones de euros, cuenta con un centenar de empleados, con una media de edad de treinta años
La compañía acude este año de nuevo a las ayudas de la institución provincial, que ya concedió 78.000 € de subvención en 2015 y 2019
La Diputación de Palencia ha querido respaldar esta semana el valioso proyecto empresarial y el compromiso con la actividad económica y el empleo en el medio rural de esta provincia que representa Plaspisa (Industrias Plásticas del Pisuerga, S. A.), mediante la visita a su factoría de Alar del Rey por parte de la presidenta de la administración provincial, Ángeles Armisén. Además de mantener su producción de plástico para embalaje de productos agroalimentarios, Plaspisa empezó en 2020 a producir equipos de protección individual para atender necesidades derivadas de la actual situación de pandemia. Los hermanos David y Fernando García, responsables de la sociedad, han guiado en el recorrido a la presidenta, acompañada por empleados de Plaspisa, así como por los diputados provinciales de la zona de Cervera de Pisuerga, Urbano Alonso y Jesús Manuel Sevilla. Ángeles Armisén ha valorado «la suma de valentía y trabajo, de innovación y firme vocación empresarial» que viene mostrando en los últimos años Plaspisa, una empresa de origen familiar que, en su tercera generación, ha logrado alcanzar los dieciséis millones de euros de facturación anual —el triple que en 2004—, tras efectuar en su planta de veinte mil metros cuadrados una inversión cercana a los veinticinco millones de euros en la última década. La presidenta destacó, asimismo, la apuesta por el empleo estable en esta empresa, cuya plantilla —en su mayoría con contrato indefinido— ronda en la actualidad el centenar de personas, con una edad media que ronda los treinta años. En ese sentido, Ángeles Armisén mostró la satisfacción de la Diputación de Palencia por haber contribuido «dentro de nuestras posibilidades y competencias» al desarrollo de Plaspisa y a propiciar la generación de empleo. La institución concedió sendas subvenciones de la línea para el mantenimiento del tejido empresarial de la provincia en los años 2015 y 2019, para un proyecto de mejora de la capacidad y ahorro energético, y para adquirir maquinaria para consolidar el liderazgo en el mercado de impresión y flexografía en plástico, ayudas dotadas respectivamente con cuarenta mil euros y treinta y ocho mil euros. La firma ha concurrido nuevamente este año 2021 a la convocatoria de estas ayudas incluidas en el Plan para la Recuperación de las Pequeñas y Medianas Empresas de la Provincia de Palencia (Prepyme), dotado por la Diputación de Palencia con más de tres millones de euros. SEGURIDAD BRC. Plaspisa, cuyo origen empresarial se remonta a 1964, ha invertido cerca de veinticinco millones de euros en la última década para cuadruplicar sus instalaciones y adaptarse a los requerimientos del sector. Esta firma dedicada al embalaje y envase flexible cuenta con el certificado BRC (British Retail Consortium), una norma global específica para la seguridad de los productos agroalimentarios. Tras una primera inyección inversora de diez millones de euros en el trienio 2008-2010, a raíz de la entrada en el negocio de la tercera generación, se duplicaron las instalaciones que entonces poseía Plásticos del Pisuerga en Alar del Rey (Palencia), y se renovó su parque de maquinaria, para afrontar el desafío de un crecimiento empresarial que requería su segmento, enfocando la actividad de Plaspisa hacia la industria agroalimentaria. La segunda gran inversión, efectuada a principios de 2019, rondó los quince millones de euros, para adaptar las instalaciones a los nuevos requerimientos del sector alimentario, con la implantación de los requisitos para cumplir la normativa BRC y una nueva ampliación de la capacidad productiva, que se sitúa en un máximo de quince mil toneladas anuales, con una utilización actual que ronda el 50%. DONACIÓN. Plaspisa, cuyo crecimiento anual venía oscilando entre el 10% y el 15%, ha visto reforzado su actividad en la actual crisis sanitaria, al empezar a trabajar en 2020 en la producción de batas y delantales para hospitales, línea de negocio que se plantea mantener si España considera estratégica la producción nacional de los llamados equipos de protección individual para no depender de otros países y mercados. Al principio de la pandemia, la firma donó a la Junta de Castilla y León un camión entero de plásticos para fabricar estos equipos, respondiendo al llamamiento de emergencia de las autoridades sanitarias regionales. El origen de Plaspisa se remonta casi seis décadas, cuando Edesio García —abuelo de los actuales responsables de la compañía— fundó Rioplast en Alar del Rey, inicialmente en la planta baja de su vivienda, donde fabricaba latas de hojalata para las pujantes empresas galleteras del norte de Palencia, que pronto le obligaron a optar por las cajas de cartón o las bolsas de plástico para envasar el producto, inclinándose por esta última alternativa. Al fallecer en 1985, sus hijos constituyen una nueva sociedad, ya con el nombre de Plaspisa. En 2004, uno de ellos, Jesús María García, se quedó con un negocio que entonces rondaba los treinta y cinco empleados; y poco después, en 2007, se incorporan sus dos hijos, David y Fernando, con los que se impulsó la fase inversora y de crecimiento que vive en la actualidad.
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